
Agustín de Hipona fue uno de los personajes más importantes de la iglesia católica, su obra busca justificar las ideas de la iglesia a través de la filosofía y el uso de la razón. Aquí hemos decidido hacerle una biografía a éste personaje de la historia, ¿estás listo?, ¡vamos!
Su historia

A Agustín de Hipona se le considera una de las principales figuras del pensamiento cristiano, nació en Tagaste en la África romana el 13 de Noviembre del año 354. Su padre (Patricio) fue un funcionario pagano que estaba al servicio del imperio, mientras que su madre (Monica) era cristiana y católica.
San agustín escribió muchos libros, entre ellos se encuentra su autobiografía, donde indica que de niño tenía una personalidad irascible, por lo que era soberbio, y díscolo. Estudió gramática y retórica, que para la época eran profesiones muy comunes.
A los 18 años Agustín tuvo un hijo, acontecimiento por la cual su madre sufrió mucho. En el libro «confesiones» (su propia autobiografía) nos cuenta que luego de éste acontecimiento los excesos de su vida se incrementaron, por lo que acabó renegando de la religión cristiana.
A pesar de que Agustín en su juventud haya renegado de la iglesia, se embarca en un viaje en búsqueda de «la verdad», de esa manera logró interesarse mucho por la filosofía. En consecuencia empieza a investigar y aprender de diferentes doctrinas que se le van presentando como la astrología o el teatro.
Tras esto, decide unirse al maniqueísmo (una doctrina religiosa fundada por un hombre llamado Manes), esto fue debido a que la solución que presentaban los maniqueístas al problema del mal le parecía la más lógica. Milito durante 10 años en ésta religión.
En el año 384 ya vivía en Milan y comienza a admirar a las cortes romanas. Luego de un tiempo comenzó a estudiar oratoria, una habilidad de la que luego impartió clases, debido a eso se convierte en un gran debatiente. Cuenta que fue muy influenciado por la filosofïa neo-platonica.
Al momento de enterarse de la popularidad del obispo de Milan en Ambrosia, comienza a pensar que aquella ciudad podría ayudarlo en su búsqueda de la verdad.
Luego de eso, a Agustín le empiezan a intrigar las epístolas de San Pablo, las ideas como la fe y su naturaleza, la redención, y el pecado. En su propia biografía San Agustín nos dice que éstas coincidencias no eran resultado de su búsqueda de Dios, sino que Dios lo buscaba a él. En consecuencia, se decide bautizar de la mano del mismo obispo San Ambrosio.
En el año 388 regresa a Africa, y cuatro años después fue ordenado sacerdote en Hipona, a su vez se dedica a la defensa de las ideas como la fe, el pecado, y la redención. Luego de un tiempo se enfrenta con las ideas de los maniqueos y del pelagianismo. Finalmente Agustin es nombrado obispo en el año 395.
Al caer roma la iglesia católica fue acusada de ser la causa principal de la caída del imperio (alrededor del año 410), es por esto que San Agustín decide elaborar un libro llamado «la ciudad de Dios» donde defiende al cristianismo de estas acusaciones.
En el año 429 comienzan las invasiones barbaras al norte de Africa, en ese momento Hipona sufre un asedio y San Agustín se ve afectado por esto, finalmente muere enfermo en el año 430 en la ciudad de Hipona.
Agustín escribió muchos libros u obras donde nos deja sus ideas y pensamientos acerca de la doctrina cristiana.
Su pensamiento

San Agustín simboliza la transición de la filosofía antigua hacia la filosofía medieval. También debemos tener en cuenta que fue muy influenciado por el pensamiento neo-platonico, por lo que su filosofía es una síntesis entre el cristianismo y el neo-platonismo.
San Agustín considera la filosofía como sabiduría y como religión. A su vez nos indica que la felicidad es posible alcanzarla a través de la filosofía, ya que ella nos conduce a Dios.
La búsqueda interior
San Agustín busca la verdad necesaria, inmutable, y eterna, ésta hay que encontrarla en el interior del alma misma, ya que según él, solo allí se puede dar la iluminación divina.
La razón y la fe
Para San Agustín no existe ningún tipo de contradicción entre la razón y la fe, ya que dice que la fe orienta a la razón, afirma que si no creemos jamás llegaremos a comprender. También nos indica que la razón sirve para demostrar que tener fe es razonable. A esto se le denomina: «teoría de la iluminación divina».
Dios y la creación
Según San Agustín, Dios es un ser perfecto e inmutable, por lo que así logró crear al mundo, creando también el tiempo en un instante, por lo tanto rechaza que la creación sea eterna.
El hombre
Para San Agustín el hombre no solamente busca la verdad, sino que también la felicidad, y ésta se consigue a través de la voluntad. Nos dice que el alma es transmitida por los padres y directamente por Dios, pues el alma, posee intrínsicamente el pecado original.
La libertad y el problema del mal
San Agustín sostiene que la acción mala no se funda en la ignorancia sino en el libre albedrío, por lo que indica que el mal no es una sustancia, sino una privación. No es un ser, sino un no ser.