
La escuela cínica fue una de las más populares en Grecia, su filosofía es bastante curiosa ya que no es similar a otras escuelas de pensamiento de su época, gran parte de su doctrina fue una reinterpretación del pensamiento socrático de aquél entonces. Aquí hemos elaborado un artículo de su historia y filosofía ¡no te lo pierdas!.
¿Qué es, dónde, cuándo y por qué se creó?

Fue fundada por Antístenes alrededor del siglo IV a.C, pero Diogenes de Sinope fue el que llevó las enseñanzas de la doctrina al siguiente nivel. Los cínicos fueron populares por su filosofía extraordinaria y actitud irreverente (anaideia), ya que sus adeptos se encargaban de hacer chistes o diatribas contra los vicios y males de su época.
Mientras que en aquél tiempo en Grecia la felicidad era relacionada a bienes materiales, bastante dinero, buenas relaciones sociales, y la política, los cínicos por el contrario indicaban que la felicidad no dependía de factores externos, es decir, que solo podemos hallarla en nosotros mismos.
La filosofía cínica busca el regreso del ser humano a la naturaleza pero sin necesidad de poseer tantos bienes materiales, para los cínicos el hecho de poder satisfacer las necesidades básicas sin perder la libertad y la autonomía es lo más importante.
Los cínicos relacionan la felicidad con la figura del perro, ya que según ellos éste animal representa la libertad, el desprecio a los bienes materiales y a las convenciones sociales. Los perros no tienen nada, satisfacen sus necesidades cuando éstas aparecen y distinguen a las buenas personas de las malas.
Hay que tener en cuenta que no dejaron ningún libro escrito, ya que para ellos el cinismo no debía ser teórico, sino practico. Los filósofos más importantes de la escuela cínica son Antístenes, Diogenes de Sinope, Crates de Tebas, e Hiparquía. Haremos una breve análisis de cada uno.
Antístenes
Fue alumno de Socrates y fundador de ésta escuela. Antístenes tomó algunas ideas de su maestro para fundar el cinismo, una de esas ideas nos indica que el sabio puede ser feliz tanto en la enfermedad como en la pobreza, ya que su felicidad proviene de su misma sabiduría.
Antístenes adoptó éste estilo de vida, por lo que dejó de comprarse ropa o cualquier otro bien material que no considerase necesario, y aunque no era mendigo ni indigente, vivía una vida bastante austera, decía que si ponemos nuestra mente a trabajar para conseguir más riquezas, no nos podremos ocupar de ampliar nuestras virtudes y sabiduría.
Para Antístenes, la clave está en no acostumbrarse a las comodidades, ya que si uno se acostumbra a esos placeres, entraremos en un dolor profundo el día que lleguen a faltar. Todo placer conlleva un peligro latente, por la facilidad de acostumbrarnos a él.
Diogenes de Sinope
Diogenes (también llamado «Diogenes el perro») fue el exponente más grande de la filosofía cínica, ya que tomó todas las enseñanzas de su maestro y las llevó al extremo. Mientras que Antístenes si tenía vivienda pero llevaba una vida austera, Diogenes mendigaba en las calles, resolvía sus necesidades en público, y se burlaba de los bienes externos.
Para Diogenes las reglas sociales nos alejan de la verdadera libertad, es por eso que tomó su propia vida como ejemplo y decidió romper todas las normas existentes, no obstante, vivía una vida feliz. Abundan las anécdotas de Diogenes, muchas de ellas las podemos encontrar en el Libro «Diogenes de Sinope» creado por el historiador Diogenes Laercio.
Crates de Tebas
Crates de Tebas era un joven que provenía de una familia muy adinerada, sin embargo, al llegar a Atenas quedó fascinado con la filosofía de Diogenes y se convirtió en su discípulo. Posteriormente, Crates de Tebas renunció a su riqueza por instrucciones de su maestro, para vivir en la misma austeridad que él.
Crates es un ejemplo de la determinación, ya que mientras que Antístenes y Diogenes no poseían riqueza alguna para renunciar, Crates si, y lo hizo para poner en practica las enseñanzas de Diogenes. A diferencia de Diogenes, Crates era muy cordial, iba de casa en casa a hablar de filosofía y lo recibían con mucho agrado.
Hiparquía
Hiparquía fue otra de las personalidades importantes en el cinismo. Ella provenía de una familia acomodada, sin embargo, escuchó hablar de Crates y de sus ideas, por lo que al momento de conocerlo se enamoró completamente y quiso casarse con él, no obstante su familia se opuso rotundamente a que se casara con el filósofo, que para ese momento él ya vivía como indigente.
Ante la oposición de su familia, decidió darles un ultimatum: o se casaba o se suicidaba. Ante esto, sus padres no tuvieron otra opción que acceder, y al fin pudo contraer matrimonio con Crates. Se cuenta que vivían en el suelo de plazas publicas, y que tenían relaciones públicamente, pero vivían una vida muy feliz.
Hiparquía se considera una de las primeras filósofas de la historia, y a pesar de que en la época se discriminaba grandemente al género femenino, Hiparquía discutía de filosofía con mucha confianza entre hombres, y aunque en muchas ocasiones la discriminaron, ella se erguía con firmeza.
Los cínicos y el amor

Antístenes y Diogenes no creían en el amor, ellos consideraban que al igual que los bienes materiales atan al hombre, el amor tiene el mismo efecto, ya que si en algún momento dejas de tenerlo puede generarte mucho dolor y sentimientos negativos.
A pesar de esto, el amor entre Crates e Hiparquía logró demostrar que la filosofía cínica no está en contra del amor, ya que ellos lograron practicar juntos ésta filosofía en unión, sin problemas y siendo muy felices el uno con el otro.